lunes, 21 de julio de 2008

El sarao

Menudo dolor de cabeza. Uno de esos que hacen historia. Pero coño, que bien me sentó la jarana verbenea a cuenta de la empresa. Y eso que, al menos de entrada, yo no quería ir.
Comenzamos la lidia con una degustación de vinos en un restaurante de lujo.
Por cierto, todos vinos franceses, que si bien son buenos pues tienen poco que ver con los de la tierra, esos riberitas que han conquistado los paladares de media humanidad.
Pero comenzar a beber vinos a las 11 de la mañana, pues como que no. No va conmigo.
Pero en fin, todo sacrificio es poco por el bien de la empresa, que a la postre era quien había organizado el sarao.
Continuó el festival con el traslado borreguil de todo el personal a un hotel establecido en la ciudad de Bath, en un viejo palacio como esos descritos en las novelas de Jane Austin y que aparecen en la series de Época de la BBC
Sin embargo poco provecho le íbamos a sacar a un lugar tan paradisíaco. Los organizadores tenían otras ideas.
Nada mas llegar nos congregaron en un salón para seguir con nuestros “ejercicios de equipo” En esta ocasión, aprendizaje para hacer cócteles. Sobra decir que a cóctel hecho, cóctel muerto, es decir, bebido, y que tras el tercer el resultado fue el habitual en esos casos. Un ligero aumento en el numero de risas tontas, coincidiendo con un aumento en el volumen de las voces de los allí convocados/as, que las Sras. Y Stas, también se pusieron hasta las ancas de alcohol gratis. Y que ruidosas se vuelven las Sras. cuando beben mas de la cuenta, especialmente cuando les entra la risa tonta. Pero también se ponen muy sexy, pero esa es otra historia.
Pero ese solo era el principio, de hecho ese fue la parte, digamos, educativa del evento, ya que nada puede ser mas útil para un ingeniero de telecoms o para un comercial del mismo ramo que aprender a hacer gazpacho (sin ajo) y cócteles.
Quizás la empresa nos estaba dando un mensaje subliminal… aprender otro oficio para el día que decidamos una reestructuración, quizás, o quizás fue la forma que los jefes tuvieron para justificar un sarao con borrachera y baile publico.
Porque eso es lo que siguió, una cena por todo lo alto, con mas vino, cervezas, algún que otro cubata… y naturalmente una visita a una discoteca para mover un poco el esqueleto. Salvo que a esas alturas el esqueleto se movía poco, la verdad sea dicha. Era como un vaivén sin coordinación, un intento continuo para mantener el equilibrio.
De vuelta al hotel mandamos a los jefes, excepto a uno, a la cama, y nuevo meeting, en este caso de curritos de a pie, en la habitación de uno de nosotros donde alcanzamos el alba, aunque ver amanecer, lo que se dice ver, pues no. Más bien ciegos como colodras. Huelga decir que las copas siguieron corriendo a cuenta del huésped de la misma, o lo que es lo mismo, a cuenta de la empresa que pago la factura final.
Pero si el jueves fue de gloria, el viernes fue de pasión. La pasión de una resaca merecida combinada con una reunión de cinco horas, interminable. A eso hay que sumar el hecho personal de sentirme culpable, porque soy así, he crecido en la celtiberia donde un sarao alcohólico de esa magnitud es incompatible con una actividad de empresa. Diferencias culturales. Nada que hacer al respecto.
Los aftositos de la isla y los colegas de las Galias sufrieron la resaca y el meeting aburrido.
Yo sufrí la resaca, el meeting y el sentimiento de haber hecho las cosas mal.
Menos mal que tras cinco horas de bostezos y algún que otro ronquido, pudimos irnos a casa.
Como apunté al principio, a pesar de mi negativa inicial y de mis reticencias culturales posteriores, he de reconocer que la juerga vino bien.
Solo hubiera faltado un poco de sexo. Pero, como dije antes, esa es otra historia.
Un saludo

3 comentarios:

vuelo605 dijo...

Como te lo montas!! Pués sí, solo faltó el sexo y una capea.
Saludos

Merche Pallarés dijo...

Ya veo que escribes con acentos... ¿Has cambiado de ordenador? Sí, las inglesas cuando beben se salen y son MUY lanzadas al igual que ellos, por cierto. Me he reido mucho con tu post, cosa que me agrada cantidubi porque me mantiene joven... Que te repongas de tu cogorza y resaca y que tengas una buena semana. Besotes, M.

PILAR dijo...

Cuántas veces he ido a sitios forzada y sin apetecer un pijo y he salido pensando qué bien he hecho en ir.
De todas formas a mí el alcohol cada vez me sienta peor, sobre todo las copas. Y lo peor, mezclar.
pero una cenita, un buen vino o una buena cerveza, unas risas y bailar...eso me ha encantado toda la vida. Lo de mezclar placer con trabajo...pues depende. Si hay buen rollo es lo mejor.
Un beso.