martes, 1 de junio de 2010

Otra vez Israel.

Creíamos haber visto todo, haber sido testigos de las barbaridades que en nombre de una supuesta legalidad llevan a cabo las fuerzas de seguridad de Israel. Sin embargo eso no era así. Faltaba una masacre de extranjeros, no palestinos, y esa ocurrió ayer.
No es que esta sea la primera ocasión en que las acciones del ejército hebreo acaban con la vida de un ciudadano o ciudadana extranjera, pero si la primera vez que ocurre a escala, casi podríamos decir, industrial.
Naturalmente eso no va a significar que quienes han de hacerlo, hablo de poner freno a los amigos israelíes, lo hagan. No puedo imaginar una administración norteamericana que decida tomar el toro por los cuernos y condenar abiertamente sus actos.
No lo hicieron cuando se trató de una ciudadana norteamericana, Rachel Corrie, menos lo van a hacer ahora que los muertos son, aparentemente, turcos.
Por cierto que Rachel Corrie es el nombre del barco que en estos momentos se dirige a la zona para intentar romper el bloqueo. ¿Lo conseguirán? ¿Se repetirán las escenas de la madrugada pasada? ¿Volverán a escucharse el tableteo de las metralletas y posteriormente las excusas absurdas de un gobierno des ilegitimizado?
Dicen, y precisamente lo hacen aquellos que desde posiciones minoritarias tratan de defender lo indefendible, que gracias a que Hillary Clinton esta a cargo la política exterior norteamericana, el gobierno hebreo esta a salvo, que el lobby judío tiene a Hillary en el bolsillo, supongo que quieren decir que le han llenado bien el bolsillo a la secretaria de estado.
En España se llama corrupción, en los países anglosajones Lobby, y lo que es mas curioso, es legal.
En ambos casos se trata de dinero comprando las voluntades de los políticos, e influenciando en las decisiones políticas, el cáncer del sistema democrático. Se trata de dinero manchado de sangre, pero ya sabemos que a ciertos individuos ese pequeño detalle no les quita el sueño.
Un saludo