lunes, 9 de junio de 2008

El Circo

Ayer desperté escuchando ruidos en la parte trasera de mi casa. Mucho ruido, en claro contraste con lo que suele ser un domingo cualquiera en mi barrio. Era el circo que comenzaba su montaje.
Y es que nunca en mi vida he tenido una carpa cirquense tan cerca de casa, a escasos 30 o metros.
El ver el guirigay de gente y el movimiento de camiones, caravanas etc., hizo que volviera la mirada hacia el pasado y recordara aquellos grandes circos de mi infancia, con carpas enormes, jaulas repletas de animales exóticos, equilibristas, malabaristas, contorsionistas, el hombre bala y naturalmente los payasos, uno de los ingredientes principales del circo.
Por lo general el circo se instalaba en los terrenos de la plaza de Sta. Teresa, junto al convento que según la tradición fundara la santa antes de su muerte.
Pero recuerdo un año en el que coincidieron dos circos al mismo tiempo. No recuerdo sus nombres pero algo me dice que fue el Price y el Americano, aunque quizás pudo haber sido el Atlas de los Toneti y el Ruso, o el ruso y el Americano por aquello de la guerra fría, valla Vd. a saber.
Los nombres son lo de menos. Pero en la retina tengo grabada la imagen aquellas dos carpas enormes, la una frente a la otra, con el Arlanzón de por medio. Y el ruido y la bullanguería propia del espectáculo, sumado al tradicional fondo sonoro de las barracas, así como el olor a churros y patatas fritas recién hechas.
La última vez que acudí a un espectáculo cirquense fue en Soria, con mi hija mayor. El ultimo circo que recuerdo en Burgos, de cuyo nombre no puedo acordarme, estaba dirigido por Fofito y su hermano Rudy, los hermanos Aragón, hijos de Fofo el payaso, a quienes tuve el placer de entrevistar en los estudios de la radio, y con los que posteriormente pude conversar amigablemente en la carpa del circo tras asistir al espectáculo.
Por cierto que a lo largo de esa charleta, los hermanos Aragón me invitaron a subirme al trapecio a experimentar las emociones que se sienten desde arriba. Huelga decir que decline la oferta. Uno ha sido animal de alturas, de montañas etc.… pero con los pies en el suelo.
No se como será el circo que están instalando en las traseras de casa. No me consta que tenga animales, y tengo entendido que por aquello de la seguridad e higiene en el trabajo, los artistas tienen que trabajar con casco. No se si me atrae mucho la idea de ir a un circo en esas condiciones, y conste que no quiero entrar en polémica sobre si los animales debieran de estar presentes o no. Pero si al circo le quitamos lo exótico de esos animales y disfrazamos a los artistas de “bob the builder” no se lo que queda de el. Me temo que poco.
Claro que por otra parte no puedo resistir la tentación de acudir con la prole (los postizos y los propios), a pesar de que entre todos se me van a ir unas 30 libras. Seria casi un insulto no acudir al espectáculo cuando lo tengo tan cerca, tanto que es como si me he unido a la trupé. Quizás no fuera malo hacerlo de verdad y comenzar a recorrer esos caminos del mundo, rompiendo la monotonía espacial. Miren por donde quizás hubiera sido buena idea haber aceptado la oferta de entonces y subirme al trapecio.
Un saludo

4 comentarios:

Anónimo dijo...

entiendo como te sentis. Por aqui tenemos a cada tanto el cirque Soleil, que es lindo y todo pero no es lo mismo que estos circos de que hablas. Aquella era una epoca en que no sabiamos el significado de las palabras "politicamente correcto" y reíamos de los payasos y de los micos. Hoy no se puede...los payasos están en la politica y los micos se extinguen...lastima :(

Exiliado dijo...

Creo que algunos micos estan en la politica haciendo el payaso, por ejemplo el inquilino de la casa blanca, quien sin duda es el mas claro representante del eslabon perdido entre el mono y el hombre.

PILAR dijo...

Me hace gracia, cómo estando lejos de Burgos tienes tan presente esos recuerdos de la niñez.
Cada cosa que ocurre a tu alrededor, al menos así lo plasmas en el blog, te evoca Burgos.
También recuerdo ese circo de la plaza Sta Teresa, pero a mí los circos me deprimen y me recuerdan sobre todo al olor de los orines de monos, no puedo evitarlo.
Lo último que he visto es el circo chino, ahora en burgos lo instalan en la Pza. San Juan de Lagos, que está entre el G2 y el G3.
Un saludo

Exiliado dijo...

Pilar:
Gracias por tu lectura. En esta bitacora intento relaccionar mis opiniones o hablar de temas de Burgos.
En mi otra bitacora, el puyazo, que comenzo como reflejo escrito de las columnas que hacia para la radio de Londres, hablo de temas mas generales (y mas controvertidos)sin localizacion espacial alguna.
Pero tienes razon, los recuerdos de la niñez (¿o quizas los fantasmas del pasado?) estan cada dia mas presentes en mi cabeza... Sera que me estoy haciendo viejo.
En cuanto a tu recuerdo del circo, eso de los orines es cierto, pero discrepo en una cosa... No solo era olor a orines de mono. Tambien habia un tufo a orines humanos que tiraba para atras...
Un saludo