miércoles, 11 de junio de 2008

Crisis

Y los camioneros decidieron paralizar el país. Dicen que es solo una asociación que representa el 20% de los profesionales del volante.
Algo me dice que, aunque de forma no oficial, tienen que ser mas. De otra forma el 80% restante hubiera podido romper el bloqueo.
No son los camioneros hispanos los únicos que han decidido movilizarse. Sus colegas portugueses andan en las mismas, los franceses también y, aunque por motivos diferentes, los británicos andan con la mosca detrás de la oreja.
Ya se ha anunciado la posibilidad de falta de gasolina para los próximos días.
Lo que parece claro es que los ánimos andan soliviantados. No faltan razones para ello.
Lo malo es que la movilización se ha salido de madre, porque ¡Como no! Siempre hay borricos (pido perdón a los cuadrúpedos) que pierden los papeles, se lían la manta y se pasan un montón de pueblos, aun estando parados.
Hay razones para el cabreo generalizado. Pero no solo en el sector del transporte. Creo que hay razones sobradas para que todo el personal ande echando humo. Y no solo en España.
La subida de los carburantes afecta a todos, de eso no hay duda.
Nos afecta a todos no solo a la hora de llenar el depósito del coche, sino a la hora de ir al supermercado, aunque quizás en España ese impacto sea algo menos por aquello de que los precios del transporte están regulados por el gobierno, motivo de la protesta de los camioneros.
En el Reino Unido donde esa regularización no existe, la subida de los precios de los carburantes se refleja de manera casi inmediata en el precio de la cesta de la compra, es de pura lógica.
A gasóleo mas caro, transportes mas caros, productos mas caros, aunque según las fuentes oficiales eso parece no incrementar el índice de inflación. ¡Magia potagia!
Pero si al precio de la gasolina le sumamos la crisis de las hipotecas y de las tarjetas de crédito no es de extrañar que cada vez mas hogares europeos acaben con problemas para llegar a fin de mes. Resulta más que imposible acabar el mes sin números rojos en la cuenta.
Pero mientras los ciudadanos europeos andamos jodidos, la clase política europea, que vive como Dios, sin estrecheces, parece seguir haciéndole oídos sordos a la realidad económica.
Lo hacen de forma cobarde porque se niegan a reconocer el hecho indiscutible de que hay una crisis global que ha pillado a la economía europea con el paso cambiado. Tienen miedo a reconocer sus errores, y consecuentemente a perder votos, y por eso no pasa nada.
Hay otro hecho que me llama la atención, un hecho absurdo. Todos andamos a la última pregunta pero seguimos empeñados a vivir a todo gas, sin renunciar a nada.
Muchos se quejan hoy de que no hay gasolina en las estaciones de servicio, apuntando, no sin razón, a los camioneros en huelga como responsables de la situación.
Otros han hecho acopio de carburante cuando no era necesario, y consecuentemente las empresas petroleras han vuelto a hacer su agosto vendiendo en un par de días muy por encima de lo que viene a ser normal.
El próximo viernes comenzaran los problemas en el Reino Unido, y las autoridades británicas ya han advertido, aunque como siempre negándolo, que puede haber problemas de suministro, es decir han garantizado que tendremos gasolina.
Vivo a 500 metros de una gasolinera y ni por lo más lejano pienso dejarme llevar por el pánico e ir a llenar el depósito. Tengo el suficiente carburante como para ir al hospital en caso de emergencia, y punto.
Si este domingo no puedo ir de excursión, pues me quedo en casa leyendo, y punto.
¿Acaso no es eso lo que debiéramos de hacer todos?
Como he apuntado en un párrafo anterior las petroleras están haciendo su Agosto en Junio, gracias al pánico de los consumidores. Yo no voy a entrar en ese juego.
Si ahora mismo estuviera en Burgos, pues cambiaria mi viaje a la playa o a la sierra por un buen paseo por la Quinta o por el Castillo. ¿Es tan difícil? ¿Acaso no era eso lo que se hacia antes?
Quizás si todos aportáramos nuestro granito de arena y nos negáramos a ser esclavos del petróleo, quizás, la crisis tendría menos impacto en nuestras vidas y a la larga viviríamos mas felices
Un saludo

7 comentarios:

PILAR dijo...

Curiosa tu entrada, y digo esto por varias razones, una porque parece mentira que estés en otro país (insisto) parece que vives en España, no sé esa es mi impresión.
Otra porque yo hablé el otro día de crisis y no sé si fuiste tú quien me "reñiste".
otra, si entras en el blog de Pedro Ojeda, se llama la acequia, está en mi blog como enlace. Pues bien en su blog habla hoy de algo muy parecido a lo que tú has descrito.
Sobre todo en la parte final.
Sabes? a mi me encantaría apearme del carro, y muchas veces lo hago, pero mientras pueda tengo el cochino sentimiento egoísta de que me gusta vivir bien, coño.
Por cierto la Quinta está preciosa, después de un mes y pico lloviendo,imagínatela. Y el río baja a tope.
Un abrazo burgalés.

Merche Pallarés dijo...

Exiliado, me han encantado tus comentarios en los diferentes blogs donde los he leido y he decidido venir a visitarte. Me ha gustado mucho tu post y es verdad, antiguamente viviamos mejor sin estar tan pendientes del ¡dichoso petroleo! ¿Qué ha pasado para que todos tengamos que estar al filo de la navaja? Tenemos que releer el "Club Bildenberg" (creo que ese es el título pero acabo de llegar de Barcelona, son las 24:00--way past my bedtime!--y no furulo tan bien como me gustaría). Lo corregiré mañana. Besotes, M.

Merche Pallarés dijo...

El libro se titula exactamente: "Club Bilderberg" por Daniel Estulin (periodista canadiense). Es terrorífico. Besotes, M.

Exiliado dijo...

Pilar: Lo de apearse del carro esta bien es el camino a seguir, aunque comprendo lo de querer vivir bien. Yo tambien lo hago, o al menos lo intento.
Lo que vengo a decir es que en todos estos momentos de crisis puntual, i.e. la huelga, los que acaban ganando son precisamente los que han provocado la situacion por la que protestan los camioneros,i.e las petroleras que venden mas de lo normal a precios inflados, y los gobiernos (todos) que ganan mas en concepto de impuestos por este aumento en las ventas causado por el panico.
Es por eso que sigo en mis trece de no entrar en su juego y paso de comprar de forma innecesaria porque el conflicto (que ya ha comenzado) provoque el que quizas mañana no haya gasolina en la estacion.
Merche:
Gracias por tus palabras, no creo que las merezca, pero gracias de todos modos.
Es cierto lo que dices, gracias (o como consecuencia) del maldito petroleo todos andamos jodidos. Hablas de un autor que no he leido, asi que me lo apunto.
Ayer,en mi otro blog, (el puyazo, enlace en mi pagina)hacia referencia a un escritor norteamericano que recomiendo llamado Greg Palast. Es un economista de la escuela de Chicago, por tanto ex compañero de estudios de Runsfeld, Cheney y algun otro cabron, asi como reportero para la BBC. Leyendo uno de sus libros "Armed Madhouse" es posible entender muchos de los problemas actuales, desde la crisis del petroleo, a las guerras de Irak y Afganistan, e incluso la nueva legislacion comunitaria sobre la jornada laboral de 65 horas (tema de mi blog ayer) No se si este libro esta traducido al castellano, pero lo recomiendo. En todo caso puede ser un buen ejercicio para engrasar el ingles.
Un saludo

P.S pido disculpas por lo de los acentos, pero no es posible ponerlos al responder comentarios por aquello del teclado britanico

Merche Pallarés dijo...

No te preocupes por los acentos, querido, sabemos cómo se gastan los tecleados ingleses. Intentaré leer ese libro que me recomiendas pero no para "brush-up my English" porque si lees mi blog, te darás cuenta que me crié en Canada y el inglés es mi segundo idioma...y, a veces hasta que diría mi primero porque en castellano sólo estudié hasta los diez años. Besotes, M.

Exiliado dijo...

Querida Merche, pido disculpas si entendiste que con mi comentario pretendia decir que tu ingles no es bueno.
Nada mas lejos de la realidad.
Era un comentario dirigido a cualquier persona que pudiera tener interes en el libro.
Un saludo.

Merche Pallarés dijo...

¡No! no me he sentido ofendida para nada, simplemente, te he querido comentar sobre mi lado canadiense... Besotes, M.