martes, 24 de marzo de 2009

¿Machismo?

Una practica habitual ha sido, y sigue siendo, la de acusar de antisemitismo a cualquiera que osara criticar a los israelitas. Era algo así como abrir la boca y acabar transformándose, a los ojos de muchos, en sicario de Hitler.
Ahora, y de eso ya hace algún tiempo, una nueva práctica se ha puesto de moda:
Tildar de machista a quien quiera ose criticar la gestión de una ministra, o de cualquier mujer que ocupe un cargo de poder.
Malo.
Esto hablando de las declaraciones de Trinidad Jiménez tildando de machistas las criticas recibidas por la ministra Chacón como consecuencia del anuncio de la retirada de tropas de Kosovo. Flaco favor le ha hecho la secretaria de estado para Ibero América a la Ministra Chacón, mujer que no necesita de adalides que la defiendan, mucho menos con argumentos tan estúpidos.
Sin entrar a valorar el tema de Kosovo, con el que estoy bastante de acuerdo, la realidad es que la ministra Chacón siempre me ha parecido una de las mejores figuras políticas del ejecutivo Zapatero.
Pero hablemos de machismo. En mi modesta opinión, es mucho más machista utilizar la llamada discriminación positiva a la hora de hacer nombramientos. Utilizar un sistema de cuotas es paternalista y por tanto machista.
Hay mujeres que sobresalen por su valía como estadistas, y son muchas. Esas mujeres se merecen alcanzar las más altas cotas de poder porque su gestión será beneficiosa para la nación, algo deseable.
Pero igual que hay muchas mujeres sobresalientes también hay muchas que sobresalen precisamente por lo contrario, es decir, por su mediocridad. Elevar a las altas magistraturas del estado a ese tipo de mujer mediocre por aquello de alcanzar una cuota, es machismo.
Ocurre lo mismo con los hombres. Los hay brillantes, grades estadistas y los hay nefastos. Situar a uno de los últimos en un puesto de responsabilidad en detrimento de los brillantes en base a, por ejemplo un diferente origen étnico, es decir para cubrir el cupo, es racismo.
Pero cuando tanto hombres como mujeres alcanzan esos puestos, las críticas a su gestión no se pueden tachar de sexistas, racistas, etc.
Decía que Trinidad Jiménez le ha hecho un flaco favor a la ministra, y me reafirmo en lo mismo. Independientemente de lo acertada o no de la decisión ministerial, las críticas pueden ser razonables o absurdas, pero nunca machistas. La Sra. Chacón a la que respeto profundamente, no necesita de ese tipo de argumentos mediocres para defenderse. Un saludo

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