viernes, 27 de febrero de 2009

Estado terminal

Muy enferma tiene que estar la sociedad para que una persona cuyas virtudes no han sido otras que echar un polvo ante las cámaras del gran hermano o atacar de forma verbal y racista a una de las otras concursantes acabe siendo venerada por el publico, la prensa e incluso algunos miembros (y miembras) del gabinete Brown.
Muy enferma, muy grave, quizás en estado terminal.
Estoy refiriéndome al caso de Jade Goody, una profesional de los reality shows que, por desgracia, tiene sus días contados por aquello de sufrir un cáncer con metástasis es decir que se encuentra en estado terminal.
Pero eso no ha sido óbice para organizar una especie de carnaval mediático insufrible. Una boda in extremis con su noviete (por cierto una especie de macarrilla televisivo con condena incluida) y exclusiva millonaria para dejar una buena herencia a los niños (de su noviete anterior) tras el fatal desenlace.
No solo eso. También ha logrado un fichaje con una televisión para seguir día a día la evolución de su enfermedad, una especie de circo morboso, con pingues beneficios, posiblemente millonarios, para sus retoños.
Siendo sincero, me parece inmoral. Y conste que no le culpo a ella, por mucho que sea la beneficiaria, o sus hijos, sino a quienes explotan la basura y las miserias humanas para conseguir pingues contratos publicitarios, y a esa sociedad que con su curiosidad morbosa hacen de esa misma basura, de esas mismas miserias humanas, éxitos mediáticos con audiencias millonarias.
Pero es que en este caso hay algo más. Los comentarios hechos por el primer ministro, así como los favores concedidos al novio de la interfecta por el secretario de justicia, pueden ser entendidos como una loa a una persona cuya cualidades mas conocidas son su mas que dudosa moralidad y su conocida xenofobia.
Si de una xenófoba hacemos una especie de santa, mal ejemplo estamos dando.Lo dicho, la sociedad esta enferma, muy enferma, en estado terminal.

1 comentario:

Merche Pallarés dijo...

Desgraciadamente la sociedad está MUY, MUY enferma... Besotes, M.