martes, 10 de febrero de 2009

Vacio y miedo

No se si es lo normal. Creo que no. Pero mi falta de experiencia al respecto no permite que encuentre ninguna lógica a lo que estoy viviendo.
Algo me dice que debiera de estar mucho mas alterado, sin control. Sin embargo solo me encuentro perdido. No lo entiendo.
Reconozco no saber si fue a propósito o un accidente. Alguien casi acaba con mi existencia. Sin embargo no siento realmente rabia contra el. No siento odio, no siento nada.
¿Miedo? Naturalmente que si. Creo que es humano tener miedo ante la posibilidad de la muerte. Pero aparte del miedo no siento nada, me siento vacío.
El pasado viernes era un día normal. Con sus mas y sus menos, pero normal.
Fue un día un tanto intenso, uno de esos que absorben las energías hasta el punto de llegar al agotamiento total. Los dos, mi media naranja y servidor estábamos exhaustos.
Tanto es así que decidimos ir a la cama antes de que el reloj marcara las 10, algo totalmente anormal en mi persona, y antes de ser capaz de leer media pagina del libro que esta en mi mesilla, ya había caído en los brazos de Morfeo.
A eso de las 11 y media de la noche algo despertó a mi esposa. Era el ruido de unos impresentables borrachos y drogados en el rellano de la escalera, justo ante la puerta de mi casa. Entre ellos se encontraba uno de mis vecinos, un impresentable. Desde una de nuestras ventanas los pudimos ver sin ser vistos, era un espectáculo surrealista.
No era cuestión de abrir la puerta y enfrentarse a ellos. Se les notaba violentos. Muy violentos, y eran tres. Mejor no enfrentarse a ellos.
Pero claro, tampoco se puede llamar a la policía por algo así. No es demasiado “serio” como para que las fuerzas del orden se molesten en acudir. Mejor dejarlo estar.
Minutos más tarde los energúmenos decidieron intentar quemar un osito de peluche. Uno de esos que supuestamente son incombustibles.
Casi me meo de risa cuando en realidad debiera de estar preocupado, porque incombustible o no, el muñeco acabó ardiendo, provocando un incendio.
No contentos con las primeras llamas los descerebrados decidieron poner encima del muñeco una bolsa de basura con lo que el fuego, lejos de amainar, se avivó.
Mi apartamento se transformo en una ratonera sin escape, como se lo cuento.
Lo único que pudimos hacer fue resignarnos y aguantar asomados a la ventana para poder respirar, a que los bomberos acabaran su trabajo.
Naturalmente denuncie los hechos, y los culpables fueron enjaulados. Pero ahí no acabo la historia.
Como consecuencia del arresto a la vecina le dio un ataque de rabia racista. Justo lo que necesitaba para calmar el ánimo.
Pero, en peores plazas hemos toreado. Así que saldremos adelante. Lo que me preocupa es el hecho de que habiendo sufrido una experiencia tan sumamente peligrosa (si no nos hubiéramos despertado quizás ahora mismo no estaría contándoselo, de acuerdo con los bomberos) no siento nada. Ni ira, ni odio, solo miedo y vacío
Un saludo

4 comentarios:

Merche Pallarés dijo...

¡Qué experiencia más horrible! No me extraña que tengas miedo, yo me mudaría directamente aunque comprendo que no es fácil y además a dónde vayas puede que pase lo mismo. Es que los ingleses cuando beben--y, ya no te digo, si toman psicotrópicos--son verdaderos ¡salvajes! Espero que no tengais que pasar por eso nunca mas. Besotes, M.

Claustrofóbica. dijo...

Perdona mi condición de amateur en esto de los blogs.Recién llegada al mundillo tiene usted el honor de gozar de mi primer comentario.

Paradojas de la vida: un borracho quemado con un inocente osito flameando en sus manos.

Tranquilo,sentir vacío es del todo normal... creo que la televisión nos ha insensibilizado a todos.Suerte que podemos venerar a Zafón & cia,dios los tenga en su bendia gloria.

pd.¿responde mi comentario a los cánones establecidos? jajaja

un beso,
claustrofóbica.

Exiliado dijo...

gracias por vuestros comentarios.
Besos

Merche Pallarés dijo...

Exi, ayer tuve una experiencia MUY extraña. Conecté tu blog y me salió todo en blanco...¡sin posts! ¡Habían desaparecido! Nunca me había pasado y me quedé un poco asustada con una sensación muy rara. ¿A ti te ha pasado alguna vez? Besotes, M.