lunes, 12 de enero de 2009

Magdalena (Dña.) y el Cha cha cha

Hace ya algún tiempo que llegue a la conclusión de que los seres humanos estamos en plena regresión, de que tantos avances tecnológicos están acabando con nuestra capacidad para vencer las adversidades. Vamos, que nos estamos haciendo idiotas.
Cuando servidor era tetín, en mis años del grupo escolar o del Santoto (Santo Tomas se llamaba esa especie de presidio en la avenida de los reyes alcohólicos) cometía pocos errores gramaticales.
Lo contrario significaba uno o varios pescozones indeseados, algunas “líneas” o incluso algunas horas de “estudio”.
Y así continúe a lo largo de mi vida estudiantil y profesional hasta hace algunos años. Mi gramática otrora cuasi impecable ha dado paso a un desastroso mar de dudas donde cometo errores antaño impensables aunque se nota menos gracias al santo corrector del ordenata.
Precisamente el santo corrector es el origen de mi regresión lingüística
Pues de la misma forma otros avances tecnológicos hacen que cada día seamos más inútiles. ¿Recuerdan el apagón de Nueva york hace un par de años? ¿Recuerdan el pánico y caos que produjo? Y sin embargo en plana jungla brasileña, en plena sabana africana, incluso hasta no hace mucho tiempo en plena meseta castellana, hay seres humanos que sufre de forma sistemática un apagón, en muchos casos constante, y no hay pánico ni caos ni nada por el estilo. Sobreviven como siempre se ha hecho.
¿Y que decir de las grandes nevadas de antaño? Según cuentan nuestros mayores ya no nieva como entonces. Las cosas se ponían duras, pero a pesar de todo, a pesar del manto blanco, la vida seguía sin mayores complicaciones.
Sin embargo estos días, caen cuatro copos, y se monta el tinglado.
-Cuatro copos no fueron los que cayeron en Barajas
-Lo de Barajas es distinto. Es una excepción que confirma una regla, una regla personal, un deseo:
Cuando sea mayor quiero ser Magdalena Alvarez. Quiero ser capaz de vivir del cuento, de cobrar buenos dineros, y sobre todo, sin responsabilidades de nada.
Se cae un avión en Barajas y se filtran los informes sobre el accidente, pero el ministerio de fomento, desde donde se produjo la filtración, no tiene nada que ver con ello.
Se hunde un túnel en las obras del AVE y su ministerio tampoco tiene nada que ver a pesar de que las infraestructuras ferroviarias (y su construcción) son competencia del mismo.
La última ha sido el colapso del aeropuerto de Barajas, cuya gestión corre a cargo del ministerio. El manto blanco cubrió las pistas, los retrasos se acumularon, se produjo el caos, y los viajeros sufrieron. Sufrieron lo indecible.
Pero como de costumbre, la ministra ha mostrado su habilidad para echarle la culpa al cha cha cha.
Con esto no digo que las otras instituciones mentadas por la titular del ramo no tengan su parte de culpa. Lo que resulta chocante es que en cuanto se produce la mínima, Doña Magdalena no trata de buscar soluciones, sino que intenta cargarle el muerto a quien sea. La comunidad, el servicio meteorológico o el Sumsum Corda.
La realidad es que La Maleni ha vuelto a mear contra el viento. La culpa no es del Cha cha cha, ni del servicio meteorológico, ni de la comunidad de Madrid ni de las aerolíneas. La culpa, al menos en parte, es de quien mandó nevar llámese Dios, Alah, la madre naturaleza. Y naturalmente otra gran parte de culpa la tienen los viajeros. Pero hombre de Dios, ¿Cómo se le ocurre a Ud. ir de viaje? ¿Acaso no sabe que de vez en cuando nieva, o llueve, o hiela, o hace un sol del carajo o… ? Los viajeros son los verdaderos culpables. Sin viajeros los aeropuertos serian una maravilla. Cuantos quebraderos de cabeza nos evitaríamos si no hubiera viajeros ¿eh Dña. Magdalena?
Decía antes que la tecnología nos esta volviendo idiotas. Los pastores de la Demanda siempre han sabido más o menos cuando se avecinaba el temporal, y eso que ni contaban con ordenadores o satélites de observación. De hecho sin ellos, los españolitos de mi quinta crecimos muy duchos en temas meteorológicos… Cuando el crajo vuela bajo hace un frío del carajo.
Ahora con ordenadores y satélites de observación nos piílla el toro y se arma el Belén aunque sea después de las navidades. Pero de todo ello el ministerio de Dña. Magdalena no tiene culpa ninguna aunque el caos sea mucho más palpable en las instalaciones que, oficialmente, están bajo su responsabilidad. Por eso de mayor quiero ser como ella.
Un saludo

1 comentario:

Merche Pallarés dijo...

Lo de Magdalena Alvarez ya es de chiste... Besotes, M.