viernes, 25 de abril de 2008

Mi Calle

"Mi calle tiene un oscuro bar…"
El resto de la letra seguro que los entraditos en años la recuerdan. Los mas jóvenes, quizás no.
Eran los Lone Star, una de las mejores bandas del panorama musical Celtibérico de los setenta.



Mi calle, en el centro de la Burgati tenia mas de un oscuro bar, uno de ellos definitivamente con húmedas paredes, carteles de toros, una cafetera que parecía un autoclave antiguo y... muchas cosas mas, incluidos algunos parroquianos que se reunían en el garito para hablar en contra del régimen. El Café España.
Los miembros de mi familia vivíamos virtualmente rodeados por la clerecía.
Don Rufino y San Lorenzo al frente, Don José y San Gil en la espalda, La Divina Pastora y la Catedral a la derecha, y Por la izquierda los antiguos estudios de Radio Popular.
Paradójicamente era a la izquierda, según mirábamos por el balcón, donde se situaba el estamento militar, la capitanía general de la VI región militar, algo sin duda extraño en aquellos tiempos; el ejercito a la izquierda.
El caso es que no teníamos escapatoria. Los curas y los militares nos rodeaban. Pero a pesar de todo éramos felices, o al menos eso creíamos.
Recuerdo vagamente el paso de las carretas de la leche por las mañanas, de los barrenderos con sus chaquetas de pana verde por la tarde, y algún que otro borracho cantor por las noches.
Hasta un organillero recuerdo haber visto pasar, llevando su música a todas partes, incluida la acera de enfrente.
Hasta aquí, algunas pinceladas de aquella vida en aquella casa de la calle Laín Calvo.
No puedo decir que fuera aburrida, porque las vidas infantiles no lo son. Si algo, todo lo contrario.
Los niños siempre tienen algo nuevo que explorar, algo nuevo con lo que toparse de bruces con lo que abrir los ojos en señal de sorpresa. No hay espacio para la monotonía en una vida infantil.
Pero para los adultos quizás lo fuera, aunque lo dudo. Dudo que pueda calificarse de monótona, mucho menos de aburrida la vida en la ciudad, incluso en aquellos años oscuros, porque a pesar de todo, la gente seguía divirtiéndose, especialmente una vez que la cosa económica comenzó a marchar mejor.
En eso, y por mucho que nos quejemos, Burgos ha dado mucho mas juego que otras capitales de provincia, incluso y a pesar del frió. Pero de eso ya hablare otro día.
Continúa la canción:
“cuando doy mi dirección a quien brindo mi amistad mas al saberla no me quieren visitar”.
Eso no pasaba en mi calle. De hecho mi casa, como todas las de la vecindad recibía visitas muy a menudo. Vivir en una calle como esa tenia sus ventajas, como las de no perderse una procesión, una cabalgata o un desfile, y eso sin salir de casa.
Hablando de desfiles, hay un recuerdo que perdura:
La raya perfecta en el cabello del director de la banda militar. Aun ahora sigo preguntándome como lograba el buen señor peinarse con una raya que ni hecha con regla.
Y es que, si bien es cierto que había calles más importantes, ninguna tenía esa característica de enlazar directamente dos de los centros de poder de la ciudad, y eso propiciaba el que cualquier sarao del tipo que fuera acabara ocurriendo frente a mi balcón, lo que a su vez servia de excusa para que tíos primos y demás familia se dieran cita en el salón de casa por aquello de ver pasar la procesión.
En fin, recuerdos, recuerdos. Tiempo para volver a la realidad, que hay que ganarse los garbanzos.
Un saludo

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Que recuerdos ¡¡¡

Cuantos lugares comunes ¡¡¡

Bienvenido a la Burgosfera-

Exiliado dijo...

Al parecer muchos, incluido "la parrilla" en la calle de Fernan Gonzalez, donde la bateria minimalista. Un dia contare una anecdota que me ocurrio en dicho antro..je je je.

manzacosas dijo...

Un saludo al Exiliado, que ya no lo será tanto al estar con nosotros. Lo de la calle Laín Calvo es sugerente, pues es una de las calles importantes de la ciudad, paralela por debajo a la de Fernán González, que sí era la arteria principal. me hace gracia el recuerdo de don Rufino. Menuda chavala... que decimos aquí. Un saludo con afecto. Te seguiremos.

Anónimo dijo...

¿Hablas del mítico local donde tocaba nuestro crooner cañí José Mari?

Anónimo dijo...

Evidentemente Aniano...ali era. Solo unos pocos privilegiados lo pudimos disfrutar

Francisco O. Campillo dijo...

... húmedas paredes
pero sé que alguna vez
cambiará mi suerte