lunes, 28 de abril de 2008

No todo va a ser...

Camino del trabajo, mientras sufría el inevitable atasco, escuchaba la radio. Al llegar las noticias aumente el volumen y me dispuse a prestar atención aunque los noticieros de las emisoras locales inglesas no es que sean como para ganar premios Pulitzer. De hecho son malos, muy malos.
Pero siempre conviene escucharlos máxime cuando se esta al volante del coche por si acaso hay algún accidente o algún punto de la red viaria que evitar.

Decían en la noticias que los jóvenes bristolianos mienten a sus parejas, es decir que cuando tienen una nueva conquista ocultan a su pareja el numero de conquistas previas, entendiéndose por conquista los ligues que acaban en el “acto”.
Según esa encuesta los muchachines de esta city tienen un promedio de 12 parejas sexuales antes de sentar la cabeza. -“¡Jope!”- pensé, “eso es tener suerte”
Claro que meditándolo a fondo, quizás tampoco sean tan afortunados.

Yo soy de esa generación burgalesa que creció negándole la mayor al clero, es decir soy uno de aquellos que afirmaban que “jibar en Burgos no era pecado. Era…. ¡Un milagro!”
Pero… ¿era así? Quizás ni tanto ni tan calvo.
Porque servidor nunca fue lo que se dice un casanova, pero tampoco tuvo que guardar abstinencia hasta haber pasado por la vicaria.
De hecho creo haber superado el número mágico, la docena, en cuanto al número de socias con las que acabe encamándome.
Me pongo a contar, pero ojo, no para dármelas de lo que no soy, lo hago con fines exclusivamente “científicos”.

Tras el recuento, y sin añadir a la lista a la que posteriormente fuera mi legitima, por aquello de que era extranjera, servidor que nunca fue de D. Juan (ni puñetera falta que hacia) se lo hizo al menos con 16 socias, y digo socias porque en esto del sexo, para que resulte satisfactorio, ha de hacerse en sociedad, nada del estilo trogdolita de aquí te pillo aquí te mato, o aquello de la aspirina en la coca cola (que según cuentan, no funcionaba) Eso es hacer trampas. Estoy hablando de trabajárselo a fondo y lograr llegar a un consenso después de algunas “cenas de trabajo” y “reuniones a puerta cerrada”.

Entre mis parejas hubo de todo. Solteras, casadas (tres), rubias, morenas, pelirrojas, novias de amigos (alguna), miembros de la burguesía (la aristocracia no existía por esos lares) e hijas de militares con graduación. También las hubo de relación prolongada (las mas) y media (unas cuantas). No recuerdo ninguna del tipo “locura de una noche”
Resumiendo, que bien uno estaba tocado por el brazo incorrupto de Santa Teresa, lo que explicaría tantos milagros, o por el contrario la realidad Burgense era distinta a lo que se afirmaba en el dicho.

Vamos que considerando que uno era de los del montón tirando para abajo y que otros y otras se lo montaban mas a menudo (no se si se lo montaban mejor) hemos de llegar a la conclusión de que en Burgos se hacia tanto o mas que en cualquier otro sitio, pero eso si, sin tanto bombo y platillo.

De hecho lo de la falta de bombo, comparado con el Reino Unido, es seguro, pero eso mejor lo dejamos para otro día, el dia que hablemos de cosas mas serias, que no todo va a ser...


Un saludo

2 comentarios:

Caelio dijo...

Desde que se despierta el apetito sexual hasta que realmente asientas la cabeza pueden pasar perfectamente unos diez o doce años, si realizamos una media de un par de aventuras al año más encuentros esporádicos, a mí me salen unoss......mmmmm..... seis o siete, jejeje

Desde que monté la calle 3, he recibido unas 700 visitas del Reino Unido, concretamente de Bristol y Edimburgo. O sea, que eres tú. Me alegra saberlo y sé bienvenido a la Burgosfera

ciao

Exiliado dijo...

Hola Caelio.
Pues si, asi son las cosas, y no, no soy yo, siento decepcionarte. Pero lo mas importante es que desde ahora tendras un nuevo visitantes. ¿Quien es el secreto visitante de Caelio desde Bristol? valla UD a saber.... algun dia lo descubriremos, pues de Burgos y por estas tierras solo conozco a mi hija y un medio ingles nacido en la isla.
Un Saludo