miércoles, 21 de abril de 2010

Quiero Pensar...

Quiero pensar que es seguro volar. Quiero hacerlo porque, que narices, mi esposa ha de atravesar el atlántico esta noche de regreso de su lejana tierra.
Pero aunque quiero pensar que es seguro, yo no me sentiría seguro en los momentos actuales. Ya ven, soy así.
Claro que no se trata de ser rarito, simplemente aplico una cierta lógica, veamos:
Hasta ayer mismo volar era peligroso. Los motores de los aviones podían sufrir como consecuencia de la nube volcánica. Sin embargo hoy, por arte de birli birloque, y a pesar de la nube, volar es seguro. ¿Se han realizado mas pruebas para comprobarlo? Pues no. No se han hecho nuevas pruebas, quiero decir a nivel institucional. Se ha hecho pruebas por parte de las compañías aéreas, pero no pruebas científicas.
Pero volar hoy es seguro, aunque no lo fuera ayer.
Así lo dice la autoridad que, naturalmente, no responde a presión alguna de un sector que, por supuesto, no se ha quejado a voces, histriónicamente, ante cualquier medio de comunicación, de la triste realidad de sus perdidas, perdidas de millones de dolares diarias.
Perdidas que, dicho sea de paso, pueden acabar siendo asumidas por la ciudadanía si en una segunda bajada consecutiva de pantalones los gobiernos deciden acudir al rescate de unas compañías que, en condiciones normales, solo piensan en su beneficio propio, no en dar dinero a la sociedad que las sustenta, ni dudan en reducir beneficios a sus propios empleados.
Hoy mi esposa tiene que viajar y por eso quiero pensar que volar es seguro. Pero si yo tuviera que hacerlo, no me sentiría seguro. Será que soy rarito.
Un saludo.

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